Soy Valeria, tengo dos hijos (2 y 4 años) hoy quiero hablar de algo que me ha puesto a pensar y que es un tema difícil de hablar para muchas mujeres, mamás de hijos pequeños: la relación de pareja con la llegada de los hijos. Hoy en día en la mayoría de familias las mujeres tenemos muchísimos roles, súper esposa, mamá que estudia todo desde que está embarazada, cuidado de la casa y proveedora (económicamente hablando). Pero ojo, no nos pasa solo a las mujeres , los hombres también tienen varios roles, trabajan, cuidan los hijos, compran el mercado.. Todos hacemos todo..
Hoy me siento afortunada, tengo la tranquilidad para hablar del tema porque me siento en paz con el rol que estoy ejerciendo en mi familia y aunque a veces me gustaría tener más ingresos (mi esposo pagas el 95% de los gastos familiares) tengo claras mis prioridades, lo que quiero y he llegado a acuerdos con mi pareja. Al principio me costo.
Desde que llego a mi vida mi primer hijo me pregunto, ¿Dios mío, porque no estamos en la época en la que la mujer se dedica a los hijos y el hombre a proveer?… en qué momento cargamos con todos los roles de la casa? En mi lucha interna de aceptar mis roles.
¿será esa búsqueda de igualdad de género que nos ha llevado a este “sancocho” de roles donde no importa si eres hombre o mujer o si eres por excelencia buen proveedor o buen cuidador, es tu responsabilidad y el deber ser hacerlo todo? ¿Será el ritmo de vida en el que necesitamos siempre más plata, porque solo nos funcionan cierto estilo de vida? ¿Será que nos conduce el miedo de no depender de nadie, en ninguna circunstancia y de ninguna manera? ¿No confiamos lo suficiente en el otro? ¿Será la presión social de que el cuidado de la casa y d ellos hijos no es un rol suficiente (el trabajo más valioso del mundo)?
Se que todos tenemos expectativas diferentes de la maternidad, prioridades, sueños y motivaciones diferentes y cada pareja es un mundo. Pero es inevitable ver mi relación y las de mis amigas mamás en las que la historia se repite: “¿duermes tú hoy los niños?” “este mes económicamente no produje lo que debería”, ¿ah, ya viste lo que es quedarse con los niños todo el día?” “¿Es que yo pague el colegio el mes pasado, tu pagas este?”.. y yo pienso “¿es esto un equipo?”
Esta analogía la vi en la cuenta de una mujer que admiro mucho, Ana María- mamá con amor, y me encantó. Imagínate un equipo de fútbol donde todos somos delanteros, tapamos y somos defensas, ¿cómo sería ese equipo? Difícil construir un equipo que al mismo tiempo compite, y no necesita del otro para ganar, y ahí está el reto en las parejas con hijos pequeños.
Esta dinámica familiar donde todos hacemos todo, trae de manera inconsciente, una comparación constante de los roles; y de ahí vienen estas discusiones del día a día y estás frases: “¿ya ves lo difícil que es estar con los niños?” “¿Ves lo que es pagar el colegio? ” y también una dinámica constante de reclamo, de exigencia al otro, un sentido de superioridad de uno de los dos que al hacer “más” cree que puede exigir al otro y el otro que hace “menos” se siente mal.
Pero esta dinámica también impide la admiración, que es clave en las relaciones. Pero si todos hacemos todo, pues naturalmente hay un reto mayor en valorar el rol nuestro y de nuestra pareja para nuestra familia. Esas palabras que son escasas en parejas con niños chiquitos “eres fundamental en esta casa” “gracias por lo que estás haciendo”.
Esta comparación, esta competencia, sumado a la falta de admiración, generan estas reclamaciones constantes que causan la desconexión como pareja, que a veces es irreversible. Una pareja que opera como una sociedad o una empresa, donde cada uno pone ciertos recursos y exige del otro los mismos. Pagando los gastos 50 50 con cuadros de excel o porcentuales a lo que cada uno gana. Estamos construyendo juntos un proyecto de vida? o somos “empleados” de esta empresa que hoy llamamos familia?
Ahora cómo convertir una pareja en un verdadero equipo a pesar de que todos hacemos todo? Si esa es la decisión que tomamos. Creo qué hay dos cosas muy importantes:
La primera, lograr tener una conversación sincera y profunda de sus miedos, sus deseos, sus expectativas, sus límites y lograr llegar a acuerdos, seguro van a evitar o minimizar estas exigencias constantes y esta dinámica de comparación. También es muy importante que los deseos de cada uno estén sobre la mesa y que de ambos haya comprensión y empatía para ponerse en el lugar del otro y tomar decisiones juntos. Si estás pensando en ser mamá o papá, yo te recomiendo tener una conversación antes y durante para establecer los roles de cada uno en ese proyecto. Una conversación difícil donde cada uno hable de las expectativas, lo que quisiera y cómo llegamos a acuerdos como pareja. Cómo se siente en cada escenario y qué cambios está dispuesto a hacer. Porque si quieres tener hijos pues indudablemente tendrás cambios significativos en tu vida. Los primeros años de los hijos son como las columnas de una casa, claves para ese ser humano.
La segunda y más importante; hacerse responsable y estar en paz con el rol que estamos ejerciendo en nuestra familia. ¿Qué quiere decir esto? Quiere decir que me siento importante, valiosa, fundamental. Sé cuales son mis tareas y las hago con amor. Veo lo que hace mi pareja con orgullo, con admiración y con amor. Y el resultado de esto es menos “ves lo que es estar todo el día con los niños” y más: “te admiro, sé que es difícil tener esta carga económica no solo por el trabajo sino por lo que implica emocionalmente”. También me siento orgullosa de lo que estoy haciendo, y si antes alguien me preguntaba o me decía algo sobre los gastos de la casa o sobre lo que hacía y me sentía incomoda, hoy contesto con seguridad. Hoy tengo complicidad con mi pareja y te invito a que te sientas increíble, sea cualquiera el rol que estás ejerciendo eres súper poderosa y si estás inconforme, incómoda con ese rol, si te estás sintiendo “inferior” o te estás sintiendo abrumada, te invito a tener una conversación incómoda que cuesta. Siempre empieza por ti. Cómo te sientes tu? Habla de ti sin juzgar al otro. Y invita a tu pareja a que se exprese el, también cómo se siente, que expectativas y preferencias tiene.
Bueno y para terminar, quiero decirte que te admiro, se que cuando nacen nuestros hijos, nace también nuestra leona protectora que no quiere soltar ese bebé un instinto muy fuerte de cuidado y con este sentimiento también sueños frustrados y proyectos pospuestos o la culpa de lo que no estamos haciendo. Te abrazo, te entiendo y te acompaño! Lo estás haciendo increíble! Esta bien no hacerlo todo y esta bien hacerlo todo, solo tienes que estar en paz con eso. Mira ya a tu pareja, mira el esfuerzo que hace y lo bien que lo hace.. acuérdate que es una decisión todos los días, eliges estar orgullosa de tu rol y el de tu pareja y actúas en consecuencia o eliges exigir, quejarte, frustrarle y intoxicarte a ti a la relación de quejas y reclamos que no construyen!
Con amor
Valeria
espectacular Vale! Totalmente identificada.
a trabajar por nuestros matrimonios como un verdadero equipo. Siendo apoyo y sustento para el otro. Cada uno en el “area” que mejor sabe hacer. ❤️